El gobernador Martín Llaryora encabezó en Cañada Jeanmaire el inicio de los trabajos para completar la Autopista Nacional Ruta 19, una obra que había quedado paralizada por el Estado nacional y que ahora será finalizada con fondos provinciales. El proyecto contempla dos tramos: uno de 16,8 kilómetros entre San Francisco y Devoto, y otro de 16,7 kilómetros entre Devoto y Cañada Jeanmaire. La empresa Benito Roggio e Hijos S.A. fue adjudicada para ejecutar ambos trayectos.
Con esta etapa, se suman 33,5 kilómetros a los 29,4 que ya se habían reactivado entre Arroyito y Santiago Temple, completando así los 62,9 kilómetros que estaban detenidos. La inversión total asciende a $191.166 millones, provenientes del presupuesto provincial.
Durante el acto, Llaryora destacó que la obra busca transformar un corredor vial de alta circulación en una autopista segura y funcional. “Esta traza une Córdoba con localidades clave como Río Primero, Río Segundo y San Justo, hasta San Francisco. Es una vía de conexión nacional e internacional que forma parte del corredor bioceánico Atlántico–Pacífico”, expresó.
El mandatario también remarcó que la decisión de avanzar con fondos propios responde a una necesidad histórica de la región. “Somos una de las zonas que más aporta a la Nación y, sin embargo, muchas obras las hicimos con recursos cordobeses. Es una realidad que no podemos ignorar”, señaló.
La Autopista 19 está diseñada para soportar un tránsito intenso, con más de 3 millones de vehículos al año, incluyendo un alto porcentaje de camiones. En el tramo entre Arroyito y Río Primero circulan cerca de 7.000 vehículos por día. Por eso, el perfil técnico contempla calzadas separadas, múltiples carriles, colectoras, y ausencia de cruces a nivel.
Los trabajos incluyen la construcción de traza nueva y duplicación de calzada existente, según el sector. Se prevé una velocidad máxima de 130 km/h. También se construirán cuatro intersecciones a distinto nivel para facilitar accesos y retornos, además de obras hidráulicas, defensas, señalización, iluminación y forestación.
El gobernador subrayó que esta obra se suma a otras intervenciones viales que la Provincia viene ejecutando, como las circunvalaciones de Río Cuarto y Villa María, la pavimentación de la Ruta Provincial N° 28 entre Tanti y Taninga, y las autovías de Punilla y Calamuchita.
“La reactivación de estos tramos no solo mejora la infraestructura, también genera empleo. Gobernar es generar trabajo”, afirmó Llaryora, en línea con su enfoque de gestión.
El tramo que se inicia ahora se extiende desde el distribuidor en la intersección con la Ruta Nacional 158 hasta el empalme con las calzadas ya construidas en Cañada Jeanmaire. La ejecución contempla accesos a Devoto y Colonia Marina, además de conexiones con caminos vecinales.
La obra tiene impacto directo en el desarrollo productivo de la región, facilitando el intercambio comercial dentro del Mercosur. La decisión de avanzar con recursos provinciales marca una postura clara frente a la falta de respuesta nacional.
Desde el gobierno provincial se insiste en que estas obras no solo responden a una necesidad logística, sino también a una demanda social. La Ruta 19 ha sido escenario de numerosos siniestros viales, y su transformación en autopista busca revertir esa situación.
La ejecución estará a cargo de Benito Roggio e Hijos S.A., empresa con experiencia en obras de infraestructura vial. El plazo de obra y los detalles técnicos fueron definidos en las licitaciones previas, y se espera que los trabajos avancen de manera sostenida.
La Provincia apuesta a consolidar una red vial que conecte de forma eficiente los principales polos productivos, turísticos y urbanos. La Autopista 19 es parte de esa estrategia, y su finalización representa un paso importante en ese sentido.
La obra también contempla aspectos ambientales, como la forestación del tramo y la incorporación de iluminación eficiente. Estos elementos buscan mejorar la experiencia de tránsito y reducir el impacto ecológico.
En resumen, la reactivación de los tramos faltantes de la Autopista 19 representa una decisión política y técnica que apunta a resolver una deuda histórica con el interior cordobés. Con una inversión de $191.166 millones, la Provincia asume el desafío de completar una vía clave para el desarrollo regional.